La DCCM es un conjunto de alteraciones funcionales y estructurales que involucran la articulación temporomandibular (ATM), los músculos de la masticación y la región cervical. Se asocia frecuentemente con dolor orofacial, limitación en los movimientos mandibulares, cefaleas y síntomas referidos en cuello y hombros.
Causas y Factores Predisponentes
Las causas de la DCCM pueden ser multifactoriales, incluyendo:
- Maloclusiones dentales.
- Hábitos parafuncionales como el bruxismo.
- Estrés y tensión emocional.
- Alteraciones posturales.
- Traumatismos en la región craneocervical.
- La interrelación entre la ATM y la postura cervical es crucial en la comprensión de esta disfunción. Un desequilibrio en la mordida puede generar compensaciones musculares que afectan la posición de la cabeza y el cuello, agravando los síntomas.
DIAGNÓSTICO ODONTOLÓGICO
El diagnóstico de la DCCM requiere una evaluación integral que incluya:
- Historia clínica detallada.
- Examen clínico de la ATM y musculatura masticatoria.
- Evaluación de la oclusión dental.
- Análisis postural.
- Estudios de imagen como radiografías, resonancia magnética o tomografía computarizada.
TRATAMIENTO Y MANEJO MULTIDISCIPLINARIO
El tratamiento de la DCCM debe ser individualizado y puede incluir:
- Terapia oclusal: Ajustes oclusales y uso de férulas de descarga para disminuir la sobrecarga articular y muscular.
- Fisioterapia y rehabilitación postural: Ejercicios específicos para mejorar la movilidad y reducir la tensión muscular.
- Terapia farmacológica: Analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares en casos necesarios.
- Terapia psicológica: Técnicas de control del estrés y modificación de hábitos perjudiciales.
- Colaboración interdisciplinaria: La intervención conjunta con fisioterapeutas, ortodoncistas y especialistas en medicina del dolor es clave para un tratamiento exitoso.
CONCLUSIÓN
La disfunción cráneocervicomandibular es una condición compleja que requiere un enfoque diagnóstico y terapéutico integral. Desde la odontología, el reconocimiento temprano de los signos y síntomas, junto con un abordaje multidisciplinario, es fundamental para mejorar la calidad de vida de los pacientes. La educación del paciente sobre la importancia de una buena salud postural y oclusal puede contribuir a la prevención y manejo efectivo de esta disfunción.